domingo, 26 de abril de 2015
Soy ahora un hombre muy anciano, y esto es algo que me sucedió cuando yo era muy joven.
Tenía tan sólo nueve años de edad.
Era 1914, el verano después de que mi hermano, Dan, muriera en el campo oriental y poco antes de que Norteamérica entrara en la Primera Guerra Mundial.
Nunca le he contado a nadie lo que pasó en la bifurcación del arroyo aquel día, y nunca voy a hacerlo.
He decidido escribirlo, sin embargo, en este libro, el que dejaré sobre la mesa al lado de mi cama.
No puedo escribir mucho, porque mis manos tiemblan estos días y estoy cerca de quedarme sin fuerzas, pero pienso que esto no tomará mucho.
Más tarde, alguien puede encontrar lo que he escrito.
Esto me parece probable, ya que bastante está en la naturaleza humana el mirar un libro marcado como "Diario", después de que su dueño ha pasado al otro lado.
Sí, mi trabajo probablemente será leído.
Una mejor pregunta es si alguien lo creerá. Casi seguramente no, pero eso no importa.
No estoy interesado en la creencia, sí en la libertad.
Escribiendo puedo darla, la he encontrado.
Durante veinte años escribí una columna llamada "Hace mucho y a lo lejos" para la “Llamada” de Castle Rock, y sé que a veces esto funciona de esa manera - lo que escribes algunas veces te abandona para siempre, como viejas fotografías dejadas al sol brillante, descolorándose hasta no ser nada más que blanco.
Rezo por ese tipo de liberación.(...)
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Tenía tan sólo nueve años de edad.
Era 1914, el verano después de que mi hermano, Dan, muriera en el campo oriental y poco antes de que Norteamérica entrara en la Primera Guerra Mundial.
Nunca le he contado a nadie lo que pasó en la bifurcación del arroyo aquel día, y nunca voy a hacerlo.
He decidido escribirlo, sin embargo, en este libro, el que dejaré sobre la mesa al lado de mi cama.
No puedo escribir mucho, porque mis manos tiemblan estos días y estoy cerca de quedarme sin fuerzas, pero pienso que esto no tomará mucho.
Más tarde, alguien puede encontrar lo que he escrito.
Esto me parece probable, ya que bastante está en la naturaleza humana el mirar un libro marcado como "Diario", después de que su dueño ha pasado al otro lado.
Sí, mi trabajo probablemente será leído.
Una mejor pregunta es si alguien lo creerá. Casi seguramente no, pero eso no importa.
No estoy interesado en la creencia, sí en la libertad.
Escribiendo puedo darla, la he encontrado.
Durante veinte años escribí una columna llamada "Hace mucho y a lo lejos" para la “Llamada” de Castle Rock, y sé que a veces esto funciona de esa manera - lo que escribes algunas veces te abandona para siempre, como viejas fotografías dejadas al sol brillante, descolorándose hasta no ser nada más que blanco.
Rezo por ese tipo de liberación.(...)
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