Quiero dejarte algo en claro desde el principio: no existía en la tierra alguien como mi colega Johnnie Dillinger, excepto Melvin Purvis del F.B.I. Purvis era el brazo derecho de J. Edgar Hoover, y odiaba a Johnnie como al veneno. Todos los demás –bueno, Johnnie tenía su manera de agradar a la gente, es todo. Y tenía su forma de hacerles reír. Dios lo hace aparecer justo al final, es algo que solía decir. ¿Y cómo podría no agradarte alguien con esa filosofía? Pero la gente no quiere que un hombre así muera. Te sorprendería la cantidad de tipos que aún dicen que no fue a Johnnie a quien los Federales se cargaron en Chicago junto al Teatro Biograph en Julio 22 de 1934.
Después de todo, fue Melvin Purvis quien estuvo a cargo de perseguir a Johnnie, y, además de malo, Purvis era un jodido tonto (la clase de hombre que intentaría mear por una ventana sin recordar que debe abrirla primero).
No escucharás algo mejor de mí, tampoco. Pequeño remedo de dandy, ¡Cómo lo odiaba! ¡Cómo lo odiábamos todos!(...)

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