domingo, 26 de abril de 2015
Brian Engle dejó que se deslizara el American Pride L1011 hasta la Puerta 22, y apagó la señal de ABROCHARSE EL CINTURÓN a las 22:14 exactamente. Emitió un largo suspiro siseante a través de los dientes y se desabrochó el arnés del hombro.
No podía recordar la última vez que había sentido tanto alivio -y tanto cansancio- al final de un vuelo. Tenía un horrible dolor de cabeza martillante, y ya había establecido planes inflexibles para esa noche. Ni una sola copa en el salón de pilotos, nada de cena, ni siquiera un baño cuando regresara a Westwood. Su propósito era tumbarse en la cama y dormir durante catorce horas.
El vuelo 7 de American Pride -Servicio Insignia de Tokio a Los Ángeles- primero se había retrasado por fuertes vientos contrarios, y después por el típico congestionamiento en el aeropuerto de Los Ángeles... el cual era sin duda, pensó Engle, el peor aeropuerto de Estados Unidos, si no se tomaba en cuenta a Logan en Boston. Para empeorar la situación, durante la última etapa del vuelo se había desarrollado un problema de presión. Menor al principio, se había agravado gradualmente hasta volverse atemorizante. Casi había llegado al punto en que pudo haber ocurrido un estallido y una descompresión explosiva... y por algún acto de misericordia no había pasado a más. Algunas veces, esos problemas, de repente y en forma misteriosa, se estabilizan solos, y eso fue lo que sucedió en esta ocasión: Los pasajeros que ahora desembarcaban por detrás de la cabina de control no tenían la más remota idea de lo cerca que habían estado de convertirse en paté de personas en el vuelo de esta noche desde Tokio, pero Brian lo sabía... y eso le había causado un retumbante dolor de cabeza.(...)
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No podía recordar la última vez que había sentido tanto alivio -y tanto cansancio- al final de un vuelo. Tenía un horrible dolor de cabeza martillante, y ya había establecido planes inflexibles para esa noche. Ni una sola copa en el salón de pilotos, nada de cena, ni siquiera un baño cuando regresara a Westwood. Su propósito era tumbarse en la cama y dormir durante catorce horas.
El vuelo 7 de American Pride -Servicio Insignia de Tokio a Los Ángeles- primero se había retrasado por fuertes vientos contrarios, y después por el típico congestionamiento en el aeropuerto de Los Ángeles... el cual era sin duda, pensó Engle, el peor aeropuerto de Estados Unidos, si no se tomaba en cuenta a Logan en Boston. Para empeorar la situación, durante la última etapa del vuelo se había desarrollado un problema de presión. Menor al principio, se había agravado gradualmente hasta volverse atemorizante. Casi había llegado al punto en que pudo haber ocurrido un estallido y una descompresión explosiva... y por algún acto de misericordia no había pasado a más. Algunas veces, esos problemas, de repente y en forma misteriosa, se estabilizan solos, y eso fue lo que sucedió en esta ocasión: Los pasajeros que ahora desembarcaban por detrás de la cabina de control no tenían la más remota idea de lo cerca que habían estado de convertirse en paté de personas en el vuelo de esta noche desde Tokio, pero Brian lo sabía... y eso le había causado un retumbante dolor de cabeza.(...)
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